'Viajar a Racum' de Ana Birlanga Bellod

10.10.2023

El viajero se aproxima a Racum caminando a través de un desfiladero entre las raíces gigantescas de dos secuoyas milenarias. Este profundo paso horadado por el caudal del Gran Racua es el único acceso en superficie y, mientras se atraviesa, crece en el aventurero la sensación de que encontrará una ciudad mágica. En este caso la realidad supera la imaginación y, solo cuando se traspasa dicha puerta, es el viajero consciente de la belleza de Racum.

Es Racum una ciudad milenaria construida con raíces vivas de infinidad de especies. Se levantó siguiendo las estrictas instrucciones de los manuscritos secretos atesorados, desde siempre, en uno de sus templos. Aun hoy es un misterio la era exacta en la que se fundó la ciudad. Sus edificios están hechos reconduciendo las raíces de cada árbol a través de pilares. Estos pilares se obtienen de las enormes ramas de las secuoyas, estas son podadas, según el criterio de las Sagradas Sacerdotisas y Arquitectas, de forma que Madre Sol incida sobre ellas con un ángulo determinado cada día, haciendo así que las raíces tomen la forma del edificio en construcción.

Los habitantes de Racum tienen la peculiaridad de no haber salido nunca de la ciudad desde que asumen su condición de Racunitas y son aceptados por la comunidad, lo que requiere trabajar por y para su mantenimiento el resto de sus vidas. Es la ciudad quien les proporciona, como pago a su trabajo, todo aquello que necesitan. Es por ello que se organizan constantemente actividades gratuitas en las que el viajero puede participar de su folclore, gastronomía y cultura, con la esperanza de que pueda, tal vez, quedar prendado por el estilo de vida y en ocasiones decida quedarse.

Racum es de proporciones gigantescas y no tenemos certeza del crecimiento que podrá adquirir en los próximos siglos, ya que asume continuamente un goteo de población que a su vez se compromete con el cuidado de las raíces, haciendo así crecer la ciudad incesantemente.

En Racum, el viajero se pierde en un mundo laberíntico pero organizado, solo debe seguir el color de las distintas savias, que se transparenta a través de la piel de las raíces, para saber el sector en el que se encuentra. Siguiendo, por ejemplo, el rumbo que marca la savia de color malva, llegaremos al punto más alto de la ciudad, desde el que puede verse un gran número de templos, edificios administrativos y casas particulares. Los tejados están hechos con las raíces más tiernas e impermeables por lo que son todos de color marfil. Las calles, avenidas, plazas y parques con sus tenues e infinitas tonalidades conforman un paisaje único.

No necesitará el viajero contratar hotel alguno, siendo estos inexistentes, ya que los ciudadanos de Racum están obligados a dar alojamiento a dos visitantes al día cuando así se les solicite. Sí, en cambio, debe tener previsto un presupuesto elevado para comprar recuerdos típicos puesto que son muy escasos y, al ser derivados de las raíces y la savia, requieren costosos procedimientos de manufactura necesarios para su conservación fuera de la ciudad, siempre que el comprador decida, claro está, regresar a su lugar de origen.

Cuando anochece, Racum es un hervidero de sonidos desconocidos que, junto con la sugerente iluminación natural que desprenden las raíces de algunas especies, sumergen al viajero en un mundo de sensaciones imposibles de describir. No en vano, es Racum el lugar con más diversidad biológica que se conoce en nuestro planeta.

Recomendamos al viajero que deje sus asuntos en orden antes de partir hacia Racum. Quien emprende esta aventura debe contemplar siempre la posibilidad de no retorno. Racum es cautivadora y sobre todo hace que el viajero añore echar raíces.

Ana Birlanga Bellod nace en Madrid en diciembre de 1967. Estudiante perpetua de poesía y literatura, es autora del libro de poemas Miel de asfalto publicado por Huerga & Fierro Editores en 2019. También pueden leerse sus poemas en la antología 54 poetas que corrieron la maratón de Chicago (Ars Poetica 2018) y en Puente de Poesía (Hispano-Chilena Ediciones 2019). Ha colaborado en la revista Aschel Digital y publicado en diversos fanzines poéticos como Arroz Negro. Asidua de la vida literaria madrileña, participa activamente en recitales y eventos de la ciudad.