'Paseando con una extraña' de Belén Mateos

20.04.2021

Se hace de noche, las luciérnagas crepitan junto a las palomas en la estatua del Batallador, asentada en el parque grande, ese que se llamaba Primo de Rivera y ahora es melodía de Labordeta.

Me siento extraña en mis propias calles, en el empedrado alborozado ante mis pasos, en el sosiego que atraviesa las vías y cruza Independencia hasta otra parte.

Se pierden sus nombres, como perdida estoy al no encontrarlos. Los cines se ausentan en la proyección de sus vidas, sus personajes desaparecen en el celuloide de la memoria histórica, las huertas se vuelven estériles entre el alquitrán y el arrabal silente de frutas.

Sus murallas cierran puertas, mientras el Ebro desborda sus aguas de ceniza en el campo santo, en la argamasa incontenida de llanto, deshaciendo las fauces de un león hambriento de nácar y saciado de oro.

El cierzo escribe en el almanaque de un santo, en el dulce enroscado a un Pilar, en la sed de esa lluvia que no llega, en el olvido de sus mártires.

Los adoquines conversan con la humedad de la temprana nieve, en el fragor entumecido en la chepa zaragozana de sus esquinas, con la bruma empapada en la Seo de una plaza que se estremece ante el Arco del Dean, Goya y su música.

Se hace de noche, las sombras alumbran las aceras, las plazas se colman de seudónimos y arte.

Me siento plena en esa luz que rasga mi alma y eterniza el viento en el párpado ebrio de una ciudad con sabor a jota y cintas azules en el parabrisas de los coches.

Se hace de noche, mi infancia me arropa en la arquitectura, en los museos, en los predicadores que habitan en una bóveda, en Agustina de Aragón y en cada apellido que los enmarca en una losa de cerámica, mientras los gusanos lamen el dolor de esa historia sin caminos, en el diseño enlosado en las alas de una estatua sin dueño.

Cae la noche, las luciérnagas se hacen Basílica en la medida mozárabe de la aurora y en su libertad ancestral.

Cesaraugusta, ese imperio fluvial con sabor a piedra, a tierra en el contorno del vientre amasado en las sombras de sus calles, en la desembocadura del aljibe de su valle.


(Texto coganador en el concurso de relatos "San Valero" patrono de Zaragoza, convocado por la editorial Imperium)

Belén Mateos nació en Zaragoza. Estudió magisterio por vocación y amor a los niños. Su otra gran pasión es la escritura.

Ha resultado ganadora y finalista en varios certámenes de literatura internacional y nacional. Algunos de sus textos han sido traducidos al francés, colabora en una revista digital y es habitual en el blog "Arrebol agencia literaria" dirigida por el escritor Jesus Cogolludo. Además es directora y coordinadora, junto al poeta Fran Picón del "Proyecto Enjambre".

Su primer libro "Rubor de tinta, quebrados de verbo", editado por Diversidad Literaria, ya va por su segunda edición.

Además ha participado como co-autora en diversas antologías como: "Relatos en 90 segundos" "Km 0", "Un tiempo breve", "Aletreos", "Érase una vez", "On the road" "Pluma, tinta y papel" "Proyecto Enjambre I" "Porciones del alma" "Cada loco con su tema" "Antología internacional de poesía contemporánea" "Versos en el aire" "Antología 10 Aniversario" La Casa de Zitas", Proyecto Enjambre II" Editorial La Fragua del Trovador, entre otros.

Ha escrito la sinopsis y prologado algunos libros.

Es miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores.

Participa en tertulias literarias, entre ellas la Tertulia poética Transversores, junto a Fran Picón, Mar Blanco, Fernando Sarría, Carolina Millán y Miguel Ángel Yusta. Con los que organiza presentaciones y múltiples actividades literarias.

Socia fundadora (junto a Samuel Trigueros, Mar Blanco, Fran Picón, Mapi Freixas) de la APAB. Asociación Poética Aragonesa Bonhomía, de la que es Vicepresidenta.

Actualmente está inmersa en nuevos proyectos literarios propios.

Hoy, sigue pensando que el mundo de las letras es un hermoso universo del que forma una pequeña parte con sus aportaciones.