
'Morir en lunes' de Ana Bustamante
Abrazo mi cuerpo y busco sensaciones que me reconforten. No aparecen, se esconden bajo la piel. Con desgana miro la calle. Demasiados segundos congelados. Minutos que se esfuman sin la conquista del instante. Horas que rozan lo eterno. Sesenta y cinco días observando cómo se suicida el tiempo sin que nadie pueda llorarle. Semanas desayunando apatía. Meses intentando huir de la quietud. Las trampas de la vida, caprichosas e inclementes, aparecen sin que nos demos cuenta. Descubro tristemente que la humanidad no es inmortal, que en este momento no hay distinción por edad, estatus social, raza ni sexo, que todos mueren de la misma forma, dejan de latir sus corazones y desaparecen. Lloro sin consuelo, sin pretender hacer otra cosa. En realidad, no tengo nada mejor que hacer. Lloro porque es más fácil hacerlo que buscar palabras que vomiten lo que siento. Avanza el calendario en la pantalla rota del móvil. Lunes, martes, miércoles... y de nuevo lunes. Cuento con los dedos de mi mano y siempre aparece otro lunes idéntico. Saco un peine del bolsillo, lo humedezco en el difusor que riega los jardines y me peino mirando una cara que apenas reconozco en el retrovisor de la furgoneta de la esquina. Escribo en el aire una semana más como si los dedos sujetaran un pincel y siento que el movimiento de mis manos indica que en realidad una semana más son siete días menos. Bebo, fumo, toso, escupo. A veces lo hago a escondidas, aunque soy tan invisible que nadie percibe que existo. Es entonces cuando siento vergüenza de mí mismo. Ya no huelen las rosas del parque, ni la ropa que guardo en la mochila. Ya no huele nada. Ausencia de olores. Recojo los cartones y vuelvo a beber. Hoy hará calor, al menos podré dormir en un banco del parque. Avanzo arrastrando mi ridícula figura. Los parques están precintados, ya no soy bienvenido ni en el suelo de la calle. Me falta el aire, abro la boca para masticar ausencia, mis tripas se sublevan hambrientas. Bebo otro trago y sigo caminando. En un cartel llamativo leo: «#QuédateEnCasa». Miro los edificios de otros, de todos, de ellos y sigo andando, buscando mi propia sombra para tumbarme sobre ella y poder descansar. Ojalá ya no despierte en el mismo lunes, ojalá no haya más lunes.

Ana Bustamante, nació en Madrid el último día de 1968. Su trayectoria profesional la enfoca en la gestión, liderazgo y desarrollo de equipos, primero en el ámbito sanitario y actualmente en el sector de seguros.
Se define a sí misma como una mujer "anormalmente normal", sensible, llena de deseos e ilusiones.
Ávida lectora, apasionada de la Literatura, escribe desde que recuerda. En la vida y en sus textos, se deja llevar por lo que siente y se "desnuda" en su primera publicación: "El deseo viste de verde" (Izana Editores - 2018).
Duerme poco, prefiere soñar despierta y juega a capturar los instantes para después proyectarlos en sus relatos.
Autores representados por Arrebol Agencia literaria