'Los arcoíris nocturnos' de Manu Gálvez

18.07.2023

El año ha comenzado siendo el de las luces. Alejo Carpentier escribió un siglo, pero es que como todo el mundo sabe, las comparaciones son odiosas. Uno puede como mucho escribir sobre esta mañana donde todo huele a pan tostado por este cielo amarillo. En los bares, los bípedos toman chocolate con churros o porras. Encharcar de aceite el estómago es siempre una buena opción a priori en un día como este. Pero como humanos que somos, tropezamos en la misma piedra del año pasado, y del anterior, y del otro. El alcohol es ahora cuando deberíamos devorarlo con adoración. Con esta capa de un líquido que solidifica nuestras entrañas y las hace imperturbables. Pero como somos bastante imbéciles, hacemos las cosas al revés, por razones que ojalá tuvieran que ver con la rebeldía. De la enormidad de la estupidez humana ya habló Einstein mientras le sacaba la lengua. Como ya he dicho, el día se ha despertado con una luminosidad que se contradice con la oscuridad de nuestros ojos legañosos. Se pegan a la noche que acaba de pasar como una lapa, que ojalá fuera una bomba donde explotar para siempre y para bien. Pero la vejez de esta noche pasada, nos deja achaques a los que solo nos sentimos jóvenes cuando buscamos su artificialidad ígnea. Por desgracia vivo cerca de un parque de bomberos y podrían apagarlos con su trabajo tan poco poético. Los arcoíris nocturnos son mis favoritos. Pero esta mañana se los ha llevado dejando mi mente al sol como la canción de El Niño Gusano. Y es que yo no sé contar lo que pasa en la realidad. Además, hoy es mi santo y a mí eso no me "llama" la atención. Yo, que ojalá fuera bueno y menos mártir, y que en un día como hoy, ni siquiera me puedo esconder en la niebla. Soy la sustancia humeante que dejaron tus labios sellados. 

Manu Gálvez nace en Zaragoza, aunque muy poco después se desplaza a Madrid con sus padres, siendo la ciudad donde vive desde entonces. Podríamos decir que Manu Gálvez es un "mañileño". Un maño de Madrid que desde muy pequeño tuvo interés por la lectura y que eso le llevó al paso natural de intentarlo con la escritura. Su interés pasa a ser más serio cuando se fija en el articulismo periodístico con toques literarios como lo hacían Francisco Umbral o José Luis Alvite, sus dos máximos referentes. Sus primeros textos los cuelga en las redes sociales y allí conoce gente que le ayuda a poder publicarlos en medios digitales como El Imparcial, El gol del Cierzo, The Citizen o El Libre, entre otros. También escribe sobre música independiente en 8como80 y SegundoPremio. La cosa es escribir sobre el tema que le obsesione en ese momento, y sus obsesiones abarcan todo lo existente. En dichos artículos cómo bien dice, escribe sobre cualquier temática, ya sea política, social, deportiva o cultural. Colaboró también escribiendo en dos antologías de escritores aragoneses del siglo 21 cuyo título es Enjambre, en la editorial Comuniter. También escribió un relato para el libro Historias de Malasaña en la editorial Bala Perdida. Lo último ha sido publicar una novela en la editorial Pábilo titulada 'La luz apagada'.