'Lealtad' de Alberto Piedrafita Gómez
La herida es irreparable. La ventanilla del coche, un coche pequeño, que no merece demasiado interés, está pulverizada sobre el asiento del conductor y por el suelo se dispersan los restos del naufragio. Dicen que no importa la apariencia, que nunca se sabe lo que hay dentro, que dale. El hierro, entonces, golpea contra el cristal con algo que evita que el ruido pueda alarmar a los vecinos. Cogen el estuche, sin llegar a adivinar, todavía, la perla que duerme en su interior. Después: una Fender Telecaster del 69. Amarilla. Han visto la perla, pero deben ser cerdos. Salen sin prisa, por la escalera poco iluminada, donde todavía naufraga como niebla tóxica el olor de los cubos de la basura. Por la mañana, otro perfume tóxico se sumará a la profanación. Desodorante, desinfectante, no sé, algo para que huela la escalera. Todos juntos sumarán esfuerzos para crear una barrera de contaminación permitida.
El estuche descubre un sueño, se puede ver en Internet. Está gastada, con su lomo dorado descolorido por el roce con la mano. Le falta el protector del puente. Dicen que suena mejor sin esa cajita plateada. Se intercambian muecas de entusiasmo y chocan sus manos en el aire. El alijo complementario pierde entonces importancia: una bicicleta, unas gafas de sol sin marca, una linterna con intermitencia, pasan a ser baratijas frente a la guitarra.
Intentan violarla, sacándola a la fuerza del estuche. Un golpe cuerdas abajo. Una sonrisa frente al horror del jaleo del instrumento. Arriba, abajo, arriba, abajo. Trae, déjame a mí. Ni hablar, esta guitarra es para artistas, como el Camarón, como Paco de Lucía. Tocan sin delicadeza ninguna, mientras cantan algo sobre la oscuridad y la pena que nos produce. Se ríen, ahora con respeto. Quizás aprendan a tocar algún día. Google. Fender Telecaster. En inglés. Aquí hay un número, ponlo. Your guitar was made at the Fullerton Plant (Fender - CBS Era), USA in 1969. Production Number: 273084. El Latas sabe inglés, dice. Que para qué, que es fácil, que no hay que ser muy listo. Que 1969. ¿El qué, el precio? Pues ¿qué va a ser, la edad? Tú tenías que haber estudiado, chaval. Solidaridad entre primos. A muerte. Ay de mí, que se oscurece, cantan desgañitándose, mal, muy mal.
Milanuncios punto com. Vendo guitarra Fender Telecaster. Foto. Número de teléfono, etc.
Las escaleras de la comisaría tienen capacidad disuasoria. Se debe insistir para ascender y ser engullido por aquel edificio antiguo y aburrido, que podía haber sido interesante si hubiera sido cuidado. Rodeando el arco que funciona como un escáner, un funcionario aburrido, deja de mirar un Interviú viejo con portada de Belén Esteban. Quería denunciar un robo. Señala con el dedo de pasar páginas del Interviú. Parece amable, aunque no diga nada. Se agradece. La sala de espera está vacía. Sillas de formica y hierro. Que dónde ha sido. La primera pregunta se hace sin demasiado entusiasmo. Que en el garaje. Que por qué deja una guitarra en el garaje. Me tratan de usted. Me siento ridículo, es cierto, ¿por qué he dejado una guitarra en el garaje? Pregunto, como mecanismo de defensa, que ¿por qué alguien tendría que robarme en el garaje? Se miran entre ellos con poco disimulo. Al final, firmo la denuncia con el mismo entusiasmo que ellos hacían las preguntas. Es un teatro del absurdo, todos sabíamos lo inútil de la gestión.
Dos coches de policía bloquean ambos extremos de Casta Álvarez. Es fácil, es una calle peatonal. Las sirenas azules iluminan intermitentemente la curiosidad de los vecinos que asoman desde las alturas. El Latas lleva una guitarra en la mano. Se apoya contra la pared mientras lo registran. En la funda se advierten unas letras doradas que indican la marca. Fender. El policía golpea en sus tobillos para que El Latas abra las piernas. Se lo sabe de memoria.
La habitación de comisaría está como siempre, piensa el muchacho al que acusan de sustracción. Mientras, siente hervir la sangre. Su cabeza lleva rato intentando calmar esa sensación. Lo tiene todo pensado y dispara una retahíla de palabras encadenadas que suenan desde el primer momento a mentira. Una bofetada con la mano abierta le recuerda dónde está. Le han gritado nariz con nariz y le vuelven a hacer la pregunta. Retahíla. Bofetada. Saben que la guitarra es robada. Saben que estaba con su primo. El Genaro. Te lo juro, co, hace un año que no veo al Genaro. La guitarra estaba en la Plaza, en las Armas, en el banco, yo solo la he cogido. Estaba ahí. Perdida, co. Te lo juro, por mis muertos, co. El Genaro está limpio de esto.
El Latas, a partir de la media hora, ha desconectado. El Genaro puede estar tranquilo. Jamás acusará a su primo. No me vais a sacar nada. ¿Qué os creéis? Jamás. El muchacho cierra la boca sin rabia, solo para soportar mejor las bofetadas. Una melena negra cae sobre los ojos en cada embate. El sudor aflora pero no tiene importancia. Nada. Le hablan del coche, del cristal roto, del robo, pero él no atiende, ha desconectado, niega con la cabeza sudorosa. El Genaro no estaba.
Genaro Medina. Diecinueve años. El pánico se nota en su rostro desencajado. Se aprovechan de eso. Tiene que contestar a lo que le preguntan. No le importa alguna bofetada, que me peguen, pero esta vez no puedo entrar en la cárcel. Ahora, no. Tiene al Joaquín, el pequeño que tiene con La Lola, tan bonita, tan gitana. Y el niño, con ese pelo negro y con su carita de ángel moreno. Además, El Latas está acostumbrado, sabe estar allí, se consuela. Pero yo no. Ahora, no. No podría estar sin La Lola y el niño. Me necesitan, Señor.
Genaro Medina salió de comisaría llorando, con unas lágrimas tan amargas que parecían grabar surcos sobre sus mejillas. Había delatado a su primo. Que me peguen, les había dicho, no importa que me hagan daño, péguenme. Incluso utilizó el usted para ablandar las conciencias de aquellos hombres de uniforme desbaratado, abiertos los botones de la camisa, sentados de manera grosera sobre la mesa. Virgencita del Pilar, dijo en voz alta, pero no siguió. Había agotado sus palabras, abrasadas con las lágrimas de la traición.
La
noche despachó a varios policías, que bajaron en silencio las escaleras de la
comisaría. Se despidieron entre bromas arrancando junto al coche la miseria de
todo el día. El nuevo tardó en girar la llave. Todavía veía las lágrimas del
gitano, con aquella mezcla de falsa altivez y de dolor. Se había derrumbado. Lo
escuchó hablar de su niño y de su gitana bonita. Mi mujer, titubeó. El nuevo
sintió como si cada lágrima de aquel muchacho atravesara su interior. No podía
ser. Forzó en el único punto en el que aquel hombre podría romperse y lo hizo.
Sin rabia, con una estrategia calculada, sabía dónde mover al muchacho para
facilitar su confesión. Fue fácil, pero no se sintió reconfortado. Volvería a
hacer lo mismo. Habían robado, pero no se sentía reconfortado. Al menos al
principio. Ojalá no pasara. Ojalá no tuviera que tocar ese resorte. El policía
nuevo era bueno en su trabajo, captaba rápidamente la debilidad del otro. Y la
aprovechaba, sabía sacar partido a la debilidad del otro, manejar ese resorte.
Siempre cantan, dijo, pero no se sentía reconfortado.

Alberto Piedrafita Gómez (Pamplona, 1959) Lcdo. en Psicología y en Antropología, divide su trabajo entre la consulta clínica, la literatura, la música y la ilustración.
Su primer dibujo publicado en 1982, corresponde a la portada de la revista "Bananas" de la Escuela de Arte de Valencia y desde entonces ha realizado diferentes formatos: a) pequeño formato con ilustración de corte cómico-satírico para publicación en revistas y b) formato para exposición.
Como escritor ha publicado cuatro novelas y en diferentes antologías de cuentos de autores navarros y aragoneses.
Como músico ha publicado la obra "Angelus Novus: primer encuentro", una ópera rock basada en el ángel de la historia de W. Benjamín y "Angelus Novus II", como soundtrack para la segunda parte de la obra.
Ganador del II Concurso de cuentos Boira con el texto "El gitano que creyó a la luna" 1986.
"Colores en el centro de lo que queda", cuentos y narraciones breves en edición de autor. 1986.
"La plaza de la Txantrea", Edición recopilatoria de los textos publicados en la revista Txantrea Auzolan. Ed. Lamiñarra, Pamplona 2014.
"Aquel hombre en 24". Relatos navarros. Ed. Pamiela, Pamplona. 2016. Recopilación de textos de autores navarros.
"La educación de Dirac. 2017. Obra de teatro pendiente de estreno.
"Jesús en la 45" Ed. Comuniter. Zaragoza. 2017.
"La línea amarilla" Ed. Los libros del gato negro. Zaragoza. 2018.
"El Ángel de la Ciudad Invisible". Novela. Pendiente de publicar.