'Lágrimas de vida y resurrección' de Belén Mateos
Lucia fue un alma libre.
Ahora su corazón enterraba lo que no se podía contar entre los frunces de su falda, en esa mirada que gravitaba en el espacio de las cortinas, entre las miradas amontonadas ante el retrato de su madre.
Su vientre palpitaba, las redondeces de su cuerpo las
cubría con esmero, procuraba silenciar lo que las voces gritaban, lo que en los
fogones de la cocina era un cuchicheo continuo.
Su madre falleció cuando solo contaba con cinco años,
cuando aún le quedaban ocho para ser mujer, cuando el primer beso se lo dio al
espejo, cuando la propina de su padre eran cincuenta céntimos y su hermano se
los ganaba a las canicas.
Ella fue un alma libre por los pasillos de su casa, en
el jardín con esos geranios que regaba con pulcritud, con esa conciencia de
saberse huérfana de madre, con las rosas que sibilinamente adornaba en su
lápida. Nunca entendió el porqué del empeño de padre en yacer con su cuerpo
entre los crisantemos y la enredadera, entre el columpio y la rueda atada al
roble.
Recuerda palabras mal sonantes, golpes en la madera de
las puertas, arañazos en el rostro de madre, lágrimas contenidas en la cena,
moraduras en sus brazos, silencio en su lengua, sed contenida ante una copa de
agua, desborde de bourbon en la de padre.
Recuerda que las sábanas le sabían ásperas, que se aguantaba las ganas de orinar por no oír los gemidos de su madre en un llanto tiznado de agonía, que el vaso de leche se helaba en su mesilla y sus pies no alcanzaban el suelo por temor encontrarse con ese aullido.
Han pasado los años y su alma libre ha sido vetada.
Ya no rueda por los jardines, ha dejado de regar salvo
el cristalino eternamente empañado de sus ojos, ha abandonado el jardín, los
columpios y las partidas de canicas con su hermano. Ya no habla con padre y las
criadas siguen cotilleando lo que su vientre no puede callar.
Lucia tiene dieciocho años y está a cuatro meses de
dar vida a la herida que envuelve su vientre, al manto que cubrió su inocencia,
al ahogo de cada noche, a las lentejas atragantadas en las comidas y el vómito
incipiente al olerlas.
Padre lee el periódico cada mañana, comienza por la
página de las efemérides, continua con la página de los deportes, mira de
soslayo su llanto y sigue con el crucigrama dando vueltas a los huevos
revueltos que han preparado en cocina.
Tras el café se enciende un cigarrillo, apura la botella de bourbon y vuelve a su lectura en silencio.
Lucia teje una bufanda interminable, mientras mira el
humo que se desprende del tabaco, su plato inmaculado, las voces de las
criadas, el rocío en las rosas y esas pataditas que entierran su libertad junto
a su madre.
Lucia enhebra una lágrima y ni siquiera su hermano se
da cuenta.
El aroma a lentejas le desploma como a un cordero
degollado ante la imagen de su madre, su vientre está palpitando, sangra, abre
las piernas, silencia el grito, empuja, vuelve a la tierra y a las cortinas, a
la rueda, a los geranios.
Un sudor frío le cobija en la calidez de esas manitas que destierran las sombras.
Mariela le mira, abre sus pulmones y lloran juntas.

Nacida en Zaragoza.
Ha resultado ganadora y finalista en varios certámenes de literatura internacional y nacional. Algunos de sus textos han sido traducidos al francés, colaboradora en revistas literarias digitales. Es habitual en el blog "Arrebol agencia literaria". Directora y coordinadora del "Proyecto Enjambre".
Ha publicado los poemarios "Rubor de tinta, Quebrados de verbo" Diversidad Literaria, "La deserción del silencio", editado por La Herradura Oxidada, "La ebriedad de lo finito" con la editorial B.G.R y "Sabor a tránsito (Regreso al poema) con la editorial Olifante
Ha participado como co-autora en diversas antologías.
Ha escrito la sinopsis y prólogos de algunos libros.
Es miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores y "La Casa de Zitas".
Columnista en la revista Gafe.info en la sección de entrevistas.
Participa en tertulias literarias, entre ellas la Tertulia Poética Transversores con las que organiza presentaciones y múltiples actividades literarias, como el ciclo "El Poeta y su voz"; actividades que también organiza para la Asociación Aragonesa de Escritores, en ciclos como Poesía para Perdidos.
Socia fundadora de la APAB. Asociación Poética Aragonesa Bonhomía, de la que es Vicepresidenta Primera.
Actualmente está inmersa en nuevos proyectos literarios propios.
Hoy, sigue pensando que el mundo de las letras es un
hermoso universo del que forma una pequeña parte con sus aportaciones.