'La sombra de la torre' de Gabriela Amorós

21.09.2021

"Hagamos célebre nuestro nombre

antes de que nos dispersemos por toda la tierra"

(Génesis 11:4)


El 8 de septiembre de 2.001 Hadi al-Mahdi, lingüista retirado y actualmente director de un modesto periódico de Bagdad, recibía un correo electrónico de uno de sus antiguos discípulos desde la ciudad de Ramadi, provincia de al-Anbar.



Estimado Sr. al-Mahdi:

Hace unas semanas un porteador de nuestra máxima confianza y proveniente de Karbala me entregó un insólito e inverosímil manuscrito hallado en uno de nuestros yacimientos más importantes. Si bien la autora del manuscrito, en su inicio, se identifica como Juliane Mckenzie (al parecer, apellido de origen escocés), el escrito se compone de una inédita aleación entre varias lenguas semíticas y, evidentemente, ha suscitado gran interés aquí entre los nuestros de Ramidi por lo que se ha intentado abordar su, tan discutible como confusa, traducción.

Insisto en que la dificultad que conforma esta traducción supone un desafío: aunque el manuscrito en su apertura se articula en inglés, poco a poco se va diluyendo el idioma para dar paso a un sin fin de lenguas muertas; se utilizan, indistintamente, y en la misma frase, términos e incluso gramática pertenecientes a varios dialectos antiguos como si de un solo idioma se tratara. De este modo hay párrafos que empiezan su discurso en arameo y van pasando al sirio, el hebreo, el copto o el arcadio de manera extraordinariamente desgajada, diríamos que todo se desarrolla como un disparate léxico. Otros retazos combinan el fenicio con el eblaíta y otras lenguas cananeas. También acoge el documento el sabeo, qatabánico, babilonio, siriáco,... y una profusión de lenguajes desconocidos que son imposibles de clasificar y que están trayendo de cabeza a nuestros colegas. Todo se muestra como un trance propio de una posesión demoníaca, si se me permite la expresión, con el permiso de Alá. Inhóspito es incluso el hecho de un fenómeno sin precedentes en el estudio de las lenguas semíticas: pongo por caso, monemas pertenecientes a un determinado dialecto son injertados en lexemas o morfemas de otro distinto, como si ambos se intentaran mermar entre sí a mordiscos de glosario.

También los estudios y valoraciones a cerca de su datación están arrojando resultados igualmente descabellados por la disparidad de fechas pues los folios iniciales datan de períodos del S. XIX, hasta que su antigüedad va retrocediendo en el tiempo, e incluso llegan a fecharse los últimos en etapas anteriores al cristianismo. Pero más insólito es aún que tras muchas pruebas por los expertos su conclusión es que la autoría es única e inequívoca, quiero decir que está redactado en su totalidad por una misma persona.

Con la salvedad de su inestimable experiencia en lenguas muertas, bien sabe Ud. que no se conoce ningún caso de un solo lingüista que sea capaz de abarcar simultáneamente ni una tercera parte de las que he citado aquí. Por ello requerimos de su impagable colaboración, su valiosa cátedra y respetado conocimiento.

Al margen de la trama lingüística, otras temáticas parecen confluir en el relato en sí, pero no nos entretendremos en más preámbulos, máxime si son competencia de otras parcelas de estudio (evidentemente que no se descartan las falsificaciones pero, como entenderá, el manuscrito está causando cierta fascinación).

Lo que le adelanto es una minucia, una parte de lo que hemos conseguido traducir, que espero promueva su interés y nos aporte algo de luz en todo este asunto.

Sin otro particular, quedamos a la espera de noticias suyas, isha Al-lah...

Jasim al-Fahaudawi.

***

Para devastar, una sola voluntad es suficiente.

Aunque siempre ha sido más indigno derruir que edificar...

(...)

Mi nombre es Juliane Mckenzie, probablemente licenciada en geología por la Universidad de Edimburgo. La única certeza que me asiste ahora es que estos apuntes componen mis exequias, las de un difunto vivo.

(...)

No recuerdo.... creo que fue en el año 1.912 o ayer mismo cuando, obviando las chanzas de mis compañeros de profesión, emprendí un viaje sin retorno. Buscaba claves, combinaciones de geometría maestra. Atravesé la nieve del Monte Ararat para urdir mis ofuscaciones en la llanura del Senaar.

Sí recuerdo que quedé exonerada de la vida paladina que mis colegas tenían a bien patrocinarme y que mis pasos ya los computaba por añadas entre aquella sinagoga de tundra terca.

(...)

Solía consagrarme a la hermenéutica del relieve más que a cotejos e interpretaciones de cálculo, estaba convencida de que existía una clandestina coincidencia entre contornos terrestres de diversas zonas del planeta. Pronto abandoné la brújula y sus injurias para arrastrarme en círculos, elipses, parábolas, rombos díscolos o puntos de sutura de mi propia defenestración, quién sabe lo que mis pasos me ocultaron... hasta que alguien o algo comenzó a susurrarme internamente sobre un termitero funesto, tal y como pude entender dicho mensaje, perteneciente, por cierto, a una lengua que ni siquiera podía identificar, lo cual me propinó un asombro terrorífico.

(...)

Desconozco como he llegado a ella. Ignoro el tiempo de mi sueño, de mi espacio, mi edad o demás vicisitudes de mi vida antigua. Ya he dicho que soy filóloga... Me derrumbé en el rigor de la tierra. Sé que un primer vómito de oxígeno precedió a una bofetada de arena y mi vida quedó suspendida para siempre.... entonces ya estaba en la base de La Torre...

(...)

Mi razón se resquebraja ante un zigurat de una infinitud colérica, asola a mi comprensión y a la visión de toda arquitectura conocida.

...Y es entonces cuando sospecho que no es la vanidad la que hace edificar los grandes monumentos sino el pánico.

(...)

¿De qué tendrán miedo estas gentes? ¿De qué tendrá miedo su Dios? Timor versus timor. Parece que el pavor recíproco entre dos mundos - el celestial y el terrenal - haya creado una especie de metástasis temporal pues ninguno de los dos reinos consuma sus propósitos... ellos construyen y una fuerza muda devasta desde las alturas la Torre... y en este tiempo de crear su porvenir y deshacerlo estoy atrancada, sin posibilidad de saberme prisionera.

(...)

Es siniestramente desmedida, opaca y tubular, a medida que se derrumba es vuelta a levantar con ofuscación perpetua, incluso con avidez e ira, ya que partes de su fachada son derribadas inexorablemente por la invisibilidad de un alud que ataca con voluntad y consciencia, escogiendo los pilares más vulnerables de su hechura. Pero miles de personas con sucias túnicas se apresuran a seguir elevando este panteón de la raza humana.

(...)

La expresión de estas gentes es indecible, hay un único gesto para todos, el mismo, para mujeres, niños, ancianos, hombres,... una sincronía de compasión y rencor. También advierto con cierta incredulidad algo asombroso en la mueca de sus cuellos raquíticos... todo ello lo he de detallar más adelante pero reseño ahora que estos espectros están en un estado de trance, mirando hacia los cielos. Escudriñan las alturas impetuosamente sin que nadie de este aquelarre inmundo pose la visión en lo que van fraguando sus manos. (No concibo cómo consiguen tanta perfección en su obra sin utilizar la vista).

(...)

Hoy les he conminado a gritos y se han detenido ante mí con cierta voluntad y con sus puños infectos de argamasa... pero ni siquiera me han mirado, sus ojos pertenecen a otro reino. Balbucean entre ellos, se hablan manteniendo siempre la visión hacia los cielos y apenas suspenden la labor que les condena. Suben regueros de escalera de igual modo, e idénticamente los bajan mirando siempre hacia arriba y exhibiendo la blancura del ojo.

(...)

Sí, esta torre la construye el hombre por pánico a la insignificancia, e igualmente, por pánico, es destruida por el Dios al saberse prescindible.

(...)

Empiezo a comprender... que estos autómatas bíblicos sujetan con su trance toda esta flácida hornacina alzando el mismo alegato una y otra vez: nos acecha mientras nos ama, nos acecha mientras nos ama, nos acecha mientras nos ama, nos acecha mientras nos ama, nos acecha.

(...)

Estoy en Babel, ya me lo han contestado todos ellos,... en un termitero de tráqueas que cada amanecer se derroca e inunda los bronquios de sus hacedores con el polvo del derrumbe, tal y como he logrado traducir de sus silencios. Así ocurre una y otra vez con una fatiga aviesa e incluso insondable. Mientras tanto todos confabulan con una única lengua, un solo idioma, aunque puedan parecer miles de dialectos los que aquí se urden (pero ahora ya sé que esto es sólo ante el oído discrepante con nuestra obra).

...Soy Juliane o Robert Koldewey, ....extranjera, consorte de Gudea, príncipe de Lagash...

(...)

Él nos murmura... desde su trono, nos previene que toda aquella Torre o fortaleza en la que se hablen muchas lenguas constituirá una amenaza para el Reino de los Cielos y será devastada en su nombre y en todos los nombres que lo identifican como Único y Todopoderoso.

(...)

Soy Nemrod, biznieto de Noé, osado cazador a los ojos de Yahveh...

(...)

Nos advierte de que no elevemos la segunda torre, nos acecha porque nos ama, nos ordena no elevar dos torres gemelas pues serán arrasadas por la gracia de su misericordia mediante el favor de sus más fieles ángeles.

Torre de babel. Gustave Doré (1832-1883)

Gabriela Amorós Seller, licenciada en Derecho, escritora y artista, ha compatibilizado el ejercicio de la abogacía durante más de quince años con su dedicación constante al arte y la literatura.

Actualmente desarrolla su faceta como artista en un proyecto para la Universidad de Murcia de diseño científico-artístico de fósiles vegetales y paisajes prehistóricos.

Publica parte de su obra literaria y artística en su página web www.gabrielaamorosseller.com, así como en su página profesional de Facebook yexhibe una muestra de sus dibujos en la plataforma www.virtualgallery.com. Administra igualmente una página de arte clásico, la emoción indómita.

En cuanto a su actividad literaria, además de sus dos obras publicadas, ha participado en diversas revistas de arte y literatura, una de ellas la prestigiosa revista Barcarola. Ha formado parte de diversos recitales de poesía. Ha sido jurado en un certamen poético, así como ha prologado el libro de poemas Hipocampo, del profesor José S. Carrión García.

Es miembro de la sección de pensamiento crítico de La Universidad EMUI EuroMedUniversity, con sede en la Università di Salento.

"La Fragua Cero" (2014, Izana editores) fue su primera obra editada, un libro de relatos cortos y de poemas. El segundo libro, "El estuario rojo" (2016, Izana editores), es su segunda obra publicada, la cual dedica enteramente a la poesía.

En cuanto a su actividad artística, ha ilustrado las portadas de sus dos libros publicados y de otros autores para publicaciones de poesía, ensayo y narrativa.

Parte de sus obras han sido expuestas en el edificio del Rectorado de la Universidad de Murcia, así como en el Museo Arqueológico de Jumilla.

Ha colaborado en la docencia universitaria, en la asignatura de "Cultura Clásica", Grado de Historia del Arte de la UMU, a través de su exposición de dibujos titulada "El estuario rojo".