'Claveles rotos (fragmento)' de Antonio Mata Huete

25.04.2023

Porque Lisboa, en primavera, convoca al aquelarre. La mezcla de sensaciones y, algunas veces, sentimientos que recorren sus calles, sus plazas, sus barrios, siempre desemboca en la misma y única emoción que solo te puede invadir el alma en esta inmortal ciudad, la saudade. Por todos sus rincones, con solo pararte un segundo a evocar el lugar en el que estás, te invade esa saudade, que no es, como algunos creen, el estar lejos y querer volver, no; la saudade es algo a veces inexplicable porque te derrota el alma aun estando donde quieres estar porque ahí, donde ya estás, un pensamiento, una sensación, una percepción, una pasión, un estremecimiento, una nostalgia... ya te habían sucedido antes, en otro tiempo en el que, mejor o peor, las cosas eran distintas, tú eras otra, la vida era otra y ya la habías vivido antes. Si sientes que todo esto te invade de los pies a la cabeza... el aquelarre de los sentidos ya está servido. Y Lisboa te lo hace estallar en un segundo en el que todo puede cambiar, para bien o para mal.

Su noche es magia. Un paseo al atardecer entre el bullicio de la Rua Garret. Buscar un libro, o simplemente mirarlos en Livraria Bertrand, la que fundara Pedro Faure ¡en 1732!, y que, tras soportar terremotos y todas las vicisitudes que le sucedieron, es la más antigua del mundo. Tomar una bica, con su correspondiente licor Beirão, en la terraza, mejor si llueve, de A Brasileira, junto a Pessoa y charlar un ratito con él bajo la atenta mirada del poeta burlón António Ribeiro Chiado que te indica con su mano derecha que dejes la compañía de Fernandinho y te acerques a escucharlo, a él y los músicos-poetas callejeros que se refugian bajo sus faldas para ofrecer, por un óvolo de misericordia, su música y su arte. Subir la cuesta de Trinidade hasta el Largo do Carmo a, si llueve, aspirar y apasionarte con el bálsamo de las jacarandas. Continuar bajo el manto de la noche hacia el Bairro Alto por el Jardim de São Pedro de Alcântara para contemplar la ciudad a tus pies y volar sobre sus tejados. Degustar cualquier combinado de aguardente en el Pavilhão Chinês, un auténtico y maravilloso museo de miniaturas, con miles de soldaditos de plomo, maquetas, vehículos, aviones... un maremágnum indescriptible que embota los sentidos y te transporta a otras épocas. En su salón de esculturas y espejos, con la mesa de billar, el tiempo se detiene, te atrapa y no te deja volver a la realidad de la calle... un lugar con tanta magia que en magia te convierte. Y para finalizar tu eterno navegar por la noche lisboeta, llegar al Jardim do Príncipe Real, también conocido como de los poetas, y, bajo las ramas de su enorme, y también mágico, ciprés, sentir que los versos te recorren los rincones del alma, leerlos, soñarlos, recitarlos para ti en la soledad, de viva voz, y creer que todo es posible si se mira con los ojos del corazón, que dijera, en prosa, otro poeta del alma.

También se puede elegir Alfama para morir de saudade mientras se escuchan los fados por sus esquinas y se llora por sus rincones. Lisboa, en primavera, también es el lugar más hermoso para llorar. Me he preguntado tantas veces qué es un fado cuando se me rasgaban los ojos derramando cristales por las mejillas... y no me lo sé explicar, solo sé que te desgarra en pedazos, te sube un fervor de fiebre o te hace tiritar de frío. La soledad del marino en la barca, mecido por las olas; la angustia del pobre, del obrero, del campesino; las gentes de mal vivir por los muelles del puerto, ganapanes, rufianes, jayanes, chamarileros, quincalleros, golillas, alcahuetas, chamiceras, celestinas... los poetas, bohemios y enamorados; los amadores y sus picardías, las amantes despechadas, las que amamos apasionadamente... todos los corazones rotos por la vida caben en un fado y te contagian saudade con solo escuchar el trémolo de las doce cuerdas de la guitarra portuguesa, descendiente de la cítola medieval, y los acordes de la viola, que no es otra que la guitarra española. La reina del fado, la gran Amália Rodrigues, dijo que el fado es una cosa misteriosa y angustiosa que hay que sentir muy dentro, y Fernandinho Pessoa escribió que no es ni alegre ni triste, es la fatiga del alma, «…el mirar de desprecio de Portugal al Dios en que creyó y que también lo abandonó». Yo soy fado, a mí también me abandonó.

Escritor y periodista.

Algunos reconocimientos:

• Segundo premio del XIX Certamen Literario Sancho Panza, Ciudad Real. 2022.

• Ganador del XXVIII Certamen de Cartas de Amor y Desamor de Almuñécar (Granada), el más antiguo del mundo. 2022.

• Seleccionado con 2 microcuentos como coautor en el libro El futuro en 100 palabras en la Convocatoria internacional de la Universidad Iberoamericana León. México 2022.

• Finalista en el Certamen de relato corto 2021 de la Diputación Provincial de Toledo.

• Finalista en el XVII Certamen de relatos Pilar Baigorri, Murchante (Navarra). 2021.

• Ganador del V Certamen Literario Sancho Panza, con el relato Las tribulaciones de Nacianceno, Ciudad Real.

• Ganador del I Certamen de Relatos TORCAZ Naturaleza, con el relato La pena negra. Valladolid.

• Medalla de oro con distintivo rojo al mérito profesional del Consejo General de Relaciones Industriales y Ciencias del Trabajo. Oviedo.

• Premio Periodístico 2010 de la RFEC.

Publicaciones:

• Novela Claveles rotos, Editorial Cuarto Centenario, Toledo. Marzo 2023.

• Poemario Ecos del desasosiego, Los Libros del Mississippi, Madrid. Mayo 2020.

• Poemario Las palabras imposibles, Izana ediciones, Madrid. Enero 2018.

• Novela Baccanale. Las otras caras del miedo, Izana ediciones, Madrid. Diciembre 2015.

• Novela Aires de gloria, Ediciones Alfar, Sevilla. Septiembre 2011.

• Poemario Tierra seca, Ilmo. Ayuntamiento de Villacañas (Toledo).

• Libro Villacañas en fotografías, Ilmo. Ayuntamiento de Villacañas (Toledo).

• Publicaciones de poemas y relatos en distintas antologías y revistas literarias.

• Publicaciones de artículos y relatos en revistas especializadas.