'Catedral del aire' de Mar Blanco Larrosa
Olía a otoño y el aire al anochecer era fresco, tan fresco que no tardarían en llegar las primeras heladas. Fuego en los hogares y por las mañanas el cielo todavía con los párpados cerrados no invitaba a salir de la cama. En su casa todo le resultaba hostil, los días se le antojaban largos escalofríos, sus pasos al trasladarse de una habitación a otra eran ecos desapacibles, sensaciones glaciales. No había podido despedirse de su abuela y eso la atormentaba. Si al menos hubiera podido guiñarle un ojo como cuando iba a trabajar.
Miraba el reloj, encendía la luz con los ojos desmesuradamente abiertos y se tapaba metiendo la cabeza bajo el edredón hasta que su hermana entraba en la habitación llamándola a gritos y dejando su cara al descubierto.
¡Suéltame! ¡Déjame! -gritaba y volvía a cubrirse entera.
La mañana había virado a turquesa, todavía era temprano. No volvería nunca más a su empresa, se repetía para sus adentros desde que ella marchó.
Abría la puerta del dormitorio buscando su complicidad. Sonreía, sabía que no la encontraría, pero deseaba que sí y la buscaba entre las frías paredes.
Cuando los miembros de su familia se marchaban fuera para cumplir con sus obligaciones, salía a la calle.
El destino era la cúpula de la catedral. Se instalaba sigilosamente. Había un guardián, siempre en el mismo lugar. El primer día que la vio se enojó sorprendido de que hubiese podido acceder sin advertir su presencia.
Su tenacidad había acabado por conquistarlo y tras verla casi a diario, la miraba de refilón, arrugaba la frente resignado y aceleraba unos pasos hacia el lado contrario, facilitando su paso.
Desde que la pandemia había modificado sus rutinas, la vida era surrealista, Kafka era el único que en sus delirios hubiera podido imaginar una realidad semejante.
No soportaba deambular por las calles con la boca tapada y las sonrisas borradas. Y sin poder vestirse, como un amoroso jersey, los brazos de quien más quería.
En lo alto de la torre, el sol y el aire inundaban su rostro y la vista era tan hermosa...veía acomodarse a los gorriones en las ramas. Observaba sin hacer el menor movimiento para no provocar que revolotearan. A lo lejos divisaba un gato gris, el mismo niño y, más cerca, una presencia invisible la acompañaba. Colocarse en lo alto se había convertido en su costumbre, le ayudaba a encontrar un sentido.
Su permanencia arriba no molestaba a nadie. Era el único lugar donde podía aspirar el aire con fruición. Hacia las tres de la tarde sacaba su bocadillo envuelto, de cualquier manera, en papel de cocina y una lata roja de refresco. Era cuanto necesitaba. El secreto bajo el que había organizado su existencia.
Cuando llegaba la hora de volver tenía que convencerse de que no era una ensoñación, que era real, que todo era verdad; metía la mano en el bolso y cogía una mascarilla que se colocaba apresuradamente con la angustia a flor de alma, y los pasos torpes, esperando que en casa no hubiese ocurrido otro desastre.

MAR BLANCO - Zuera (Zaragoza)
Acuarelista, poeta y narradora, actualmente coordina varios ciclos de poesía y copresenta el programa de radio Con versos en la noche junto a Fran Picón en TEA FM. Así mismo está inmersa en las artes escénicas en la faceta de interpretación y en el campo de la Igualdad.
Como dinamizadora cultural imparte charlas y talleres literarios en bibliotecas y centros educativos.
Actualmente es concejala de Cultura en el Ayuntamiento de Zuera.
OBRA PUBLICADA:
Ha colaborado en numerosos proyectos colectivos y antologías poéticas, entre otras: Relatos de 90 segundos, Palabras entre el centeno, Metáforas en el cielo, Bajo la luz de la poesía, Mujeres con voz y Amor se escribe sin sangre.
Estudios de investigación: Tasí-Tanó, investigación sobre el juego infantil como transmisor de estereotipos de género. 2012. (2ª edición 2019)
Novela: Renacer entre amapolas, 2013.
Libro de relatos: Relatos Casa Eolo, 2013.
Poesía: Saboreando silencios, 2013. Desnudando la piel de la noche 2014. Mujeres que no quieren ser princesas, 2015 (2ª edición 2019). Apenas una sombra, 2020.